Oliver Ressleres un artista cuyo trabajo explora varios temas socio-políticos.
Para más información visite: www.ressler.net
Oliver Ressler is an artist who is doing projects on various socio-political themes.
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por Oliver Ressler
El proyecto de exposición en curso, “Economías Alternativas, Sociedades Alternativas” (2003 – 2007), de Oliver Ressler, se enfoca en diversos conceptos y modelos para economías y sociedades alternativas, todos los cuales comparten el rechazo al sistema capitalista de gobierno. Por cada uno de los 16 conceptos se llevó a cabo una entrevista que se presenta como un video de entre 20 y 37 minutos de duración. Los entrevistados incluyen a economistas, expertos en ciencias políticas, escritores e historiadores. Los siguientes son fragmentos de tres transcripciones de entrevistas videográficas realizadas para el proyecto “Economías Alternativas, Sociedades Alternativas”
El Socialismo del Siglo XXI
Heinz Dieterich
Extracto de la transcripción de un video de O. Ressler, grabado en Rotenburg / Wümme, Alemania, 26 min., 2007
La premisa básica de mi libro es que se requieren ciertas condiciones objetivas para tener una democracia; no se puede tener una democracia simplemente como un deseo, e imponerla sobre escenarios o actuaciones objetivos en el mundo. En primer lugar, debe haber un cierto nivel de bienestar material, se necesita una cierta calidad de vida. Ello implica la existencia de un sistema educativo muy amplio, gratuito y abierto a todos, y luego por supuesto se debe contar con la voluntad de la gente de tener una sociedad democrática en lugar de, digamos, una sociedad teocrática. Finalmente, se necesita una economía que lo libere a uno del trabajo innecesario, de manera de tener tiempo de participar en los asuntos públicos. Pienso que estas condiciones han sido alcanzadas hoy día, de modo que el desarrollo autoritario de la democracia social y el socialismo histórico en Europa del Este fue un fenómeno debido en gran medida a las circunstancias de las Guerras Mundiales, la Segunda Guerra Mundial y por último, de la Guerra Fría, y no hay necesidad de que esto vuelva a suceder. No se puede reemplazar la participación democrática con un gobierno de fuerza sustituto, el Partido Comunista en este caso, ni, por supuesto, por el de una elite capitalista, ni por supuesto, por el de una burocracia estatal. Así que creo que todos hemos aprendido de estas cosas. Las condiciones objetivas son mucho más propensas a una democracia auténticamente participativa. Creo que nunca ha habido una mejor oportunidad de tener una verdadera democracia directa que la que tenemos hoy en día. […]
Creo que es un error de interpretación pensar que democracia participativa implica que todo el mundo decide sobre cualquier tema trivial. Eso se probó en la Revolución Francesa y, por supuesto, lleva al inmediato desmoronamiento de la capacidad operativa del Estado. En primer lugar, es imposible que todo el mundo decida sobre todo. Y en segundo lugar, eso no es necesario. Las cosas triviales en una pequeña aldea: hay que decidir si se ponen luces en las calles o no; eso no significa tener un referéndum, supongo. Así que se tendrá una mezcla de democracia directa donde se realizan plebiscitos y referendums electrónicos, y democracia representativa. Y lo importante es que se extiende la democracia directa a la esfera económica, política, cultural y militar. No se puede excluir ninguna de estas cuatro relaciones sociales básicas que conforman nuestra vida. Y esto, por supuesto, requiere otra condición objetiva. La gente debe tener tiempo libre para informarse de lo que saben los economistas, lo que saben los expertos en ciencia política, etc. Necesitan tiempo para debatir alternativas. De manera que la democracia directa es posible hoy porque se tiene la base tecnológica: Internet. Se necesita la transmisión en tiempo real de decisiones e información en espacios geográficos gigantescos. Y eso, hoy lo podemos hacer. Así que por primera vez desde la época de los griegos, es realmente posible tener una democracia directa en la cual la voluntad del pueblo decida las cuestiones importantes.
-Heinz Dieterich, autor de “Socialismo del Siglo XXI” (1996), profesor en la Universidad Autónoma Metropolitana en la Ciudad de México.
Municipalismo Libertario
Chaia Heller
Extracto de la transcripción de un video de O. Ressler, grabado en Leverett, EE. UU., 32 min., 2005.
El municipalismo libertario es la rama política de la ecología social. [Murray] Bookchin realmente se aparta de la tradición marxista, en la creencia de que es necesario que la filosofía esté viva en el mundo y que esté al servicio de la humanidad. El municipalismo libertario es, básicamente, una filosofía que dice que la gente común, los ciudadanos, ciudades y pueblos y aldeas de todo el mundo son racionalmente capaces de gobernarse a sí mismos. Y lo que trata de hacer es equilibrar principios de autonomía y cooperación a través de la filosofía del municipalismo libertario, diciendo lo que sucedería si existieran comunidades que tuvieran autonomía a nivel local, pero que dicha autonomía estuviese siempre en diálogo y limitada por ese diálogo con una colectividad mayor, que sería la confederación. De manera que hay una tensión entre la municipalidad autogobernada, que sería una ciudad, o pueblo, o aldea autogobernado y la confederación mayor de la que dicha ciudad o pueblo o aldea forma parte. Los ciudadanos están ligados por un vínculo porque comparten una constitución común fundada en un conjunto de principios ecológicos y sociales y la confederación está ligada por la misma, idéntica constitución.
Existe una tremenda preocupación por parte de los izquierdistas respecto de qué es la democracia, qué apariencia debería tener y en qué debería transformarse. Para mí, como ecóloga social, esto tiene el sentido de que tenemos el potencial para manejarnos con una democracia directa; lo que significa que los habitantes de las ciudades, pueblos y aldeas podrían reunirse como ciudadanos en una reunión municipal local, que podría llamarse asamblea general, o asamblea pública, o asamblea ciudadana. Ese órgano colegiado sería el motor del diseño de políticas en la sociedad en general.
- Chaia Heller, activista y autora de “Ecology of Everyday Life: Rethinking the Desire for Nature” (1999)
Democracia Consensual Anarquista
Ralf Burnicki
Extracto de la transcripción de un video de O. Ressler, grabado en Bielefeld, Alemania, 29 min., 2005
Es tan difícil para la gente comprender la anarquía porque mucha gente no imagina la vida sin control, sin los organismos del Estado, sin el control desde arriba. No han aprendido a desarrollar estructuras organizativas autoadministradas; no han aprendido a llevar a cabo tomas de decisiones libres de dominación, comenzando por sus asuntos privados. Por lo tanto, existe un cierto punto ciego en la así llamada democracia de hoy: las personas aprenden sobre los derechos humanos; el Parráfo 1 de la Constitución (alemana), “La dignidad del hombre es inviolable,” propugna conceptos que se aproximan o corresponden a la democracia. Sin embargo, se descuida la aplicación cotidiana de lo que se requiere de los sistemas democráticos, a saber, la genuina autodeterminación, auto-administración y auto-organización de la población.
Si quiero describir el principio o modelo anarquista del consenso, tal vez sea útil referirme en primer término a este modelo de consenso como una teoría de toma de decisiones independiente o como una teoría de democracia directa. El modelo se refiere al valor intrínseco de las decisiones políticas, es decir, la forma en que se toma una decisión política es puesta en el centro de la atención. “Consenso” deriva etimológicamente del concepto de “concordancia”, “acuerdo”. Como debería estar libre de dominación y se refiere a un proceso real de comunicación y toma de decisiones, el consenso es importante a la hora de tomar decisiones concretas. En una teoría de la democracia directa, la toma de decisiones concretas significa, por ejemplo, que el programa incluye preguntas sobre cómo producir algo. Por ejemplo: ¿Cómo podemos construir un centro? ¿Cómo podemos construir una calle? ¿Cómo podemos construir un colectivo? ¿Qué deberíamos hacer? Observando a la democracia representativa se hace evidente que un número enorme de personas que se ven afectadas en forma directa por estos sistemas es ignorado.
- Ralf Burnicki, autor de “Anarchismus und Konsens” (2002)
Traducido del Inglés por Cora Sueldo
by Oliver Ressler
The ongoing exhibition project “Alternative Economics, Alternative Societies” (2003 – 2007) by Oliver Ressler focuses on diverse concepts and models for alternative economies and societies, which all share a rejection of the capitalist system of rule. An interview was carried out for each of the 16 concepts, which are presented as 20 to 37 minutes long videos. Interview partners include economists, political scientists, authors, and historians. The following are three transcription excerpts of video interviews carried out for the project “Alternative Economics, Alternative Societies”.
The Socialism of the 21st Century
Heinz Dieterich
Transcription excerpt of a video by O. Ressler, recorded in Rotenburg / Wümme, Germany, 26 min., 2007
The basic premise of my book is that you need to have certain objective conditions to have democracy; you cannot have democracy, just as a wish, and impose it on any objective world scenery or acting. First of all, there has to be a certain level of material well being, you need a certain quality of life. That implies that you can have a very extensive educational system, which is open and free for all, and then of course you must have the willingness in the people to have a democratic society instead of, let’s say, a theocratic society. At the end, you need an economy that sets you free from unnecessary work so that you have time to participate in public affairs. I think these conditions have been reached today so that the authoritarian development of social democracy and historic socialism in eastern Europe was a phenomena much due to the circumstances of the World Wars, the Second World War and then of the Cold War, and that there’s no need to have that once again. You cannot substitute democratic participation by the rule of surrogate force, the Communist Party in that case, neither, of course, of a capitalist elite, and, neither, of course, of a state bureaucracy. So, I think we’ve all learned from these things. The objective conditions are much more prone to a real participatory democracy. I think there’s never been a better chance to have a real direct democracy than we do have today. […]
I think it is a misunderstanding to think that participatory democracy will be that everybody decides any trivial subject. That was tried in the French Revolution and, of course, it leads to immediate breakdown of operational capacity of the state. First of all, it’s impossible that everybody decides on everything. And, second, it’s not necessary. The trivial things in a small village; they have to decide if they put lights in the streets or not, that doesn’t mean a referendum, I guess. So you will have a mixture of direct democracy where you have electronic plebiscites and referenda and of representative democracy. And, the important thing is that you extend direct democracy to the economic, the political, the cultural and the military sphere. You cannot exclude any of these four basic social relations, which form our life. And, that of course, requires another objective condition. People must have free time to inform themselves what economists know, what political scientists know and so on. They need time to debate alternatives. So direct democracy today is possible because you have the technological basis, the Internet. You need the decision and information transmission in real time in gigantic geographical spaces. And, that we can do today. So for the first time since the Greeks, that it is really possible to have a direct democracy, where the will of the people decide the important issues.
- Heinz Dieterich, author of “Socialismo del Siglo XXI” (1996), professor of the Universidad Autónoma Metropolitana in Mexico City.
Libertarian Municipalism
Chaia Heller
Transcription excerpt of a video by O. Ressler, recorded in Leverett, U.S.A., 32 min., 2005
Libertarian municipalism is the political branch of social ecology. [Murray] Bookchin really comes out of the Marxian tradition, believing that philosophy needs to be alive in the world, and needs to be in the service of human kind. Libertarian municipalism is basically a philosophy that says, that everyday people, citizens, cities and towns and villages across the world are rationally capable of governing themselves. And what he tries to do is balance principles of autonomy and cooperation through the philosophy of libertarian municipalism, by saying what would happen if you had communities that had autonomy on a local level, but that that autonomy was always limited by and in dialogue with a larger collectivity, which would be the confederation. So there is a tension between the self-governing municipality, which would be a self-governing city, town or village, and the larger confederation, that the city or town or village is part of. The citizens are bound together by sharing a common constitution that is grounded on a set of ecological and social principles, and the confederation is bound together by that same exact constitution.
There is a tremendous concern among leftists about what is democracy, what ought it to look like, and what ought it to become. As a social ecologist, for me there is the sense that we have the potential to have a direct democracy; which means, that people in cities, towns and villages would gather as citizens in a local town meeting, which you could call a general assembly, or public assembly, or citizens assembly. It is that body that would be the driving force for policymaking in society in general.
- Chaia Heller, activist and author of “Ecology of Everyday Life: Rethinking the Desire for Nature” (1999)
Anarchist Consensual Democracy
Ralf Burnicki
Transcription excerpt of a video by O. Ressler, recorded in Bielefeld, Germany, 29 min., 2005
Anarchy is so difficult for people to understand because many people can’t imagine life without control, the organs of the state, control from above. They haven’t learned to develop self-administered, organizational structures; they haven’t learned to realize dominance-free decision-making, beginning with their private affairs. Therefore, a certain blind spot exists in today’s so-called democracy: people are taught about human rights, Paragraph 1 of the (German) constitution, “The dignity of man is inviolable,” espouses concepts that approximate or correspond to democracy. Yet the everyday application of what is required of democratic systems, namely, the population’s actual self-determination, self-administration, and self-organization, is neglected.
If I want to describe the anarchist principle or model of consensus, perhaps it is helpful to first speak of this consensus model as a theory of independent decision-making or as a theory of direct democracy. The model refers to the intrinsic value of political decisions; that is, the way that a political decision is made is put at the center of focus. “Consensus” stems etymologically from the concept of “accordance,” “agreement.” Consensus, because it should be free of dominance and refers to an actual communication and decision-making process, is important in concrete decision-making. In a theory of direct democracy, concrete decision-making means, for example, that the agenda includes questions of how to produce something. For example: How can we build a center? How can we build a street? How can we build a collective? What should we do? Looking at representative democracy – a democratic form characterized by representative systems – it becomes clear that massive numbers of people who are directly affected by these systems are ignored.
- Ralf Burnicki, author of “Anarchismus und Konsens” (2002)